El pueblo cubano toma las calles, si, por su Revolución
Por Ernesto Wong Maestre
Estamos en presencia del más
noble gesto y deber de un revolucionario: hacer la revolución antimperialista y
socialista. Y eso es lo que está haciendo el pueblo cubano residente en
cualquiera de las provincias de Cuba, principalmente las cercanas a la capital
ante las embestidas del monstruo imperialista y el intento de grupitos de
mercenarios financiados por alguna de las agencias estadounidenses para tratar
–ante todo- de dañar la imagen de Cuba y reforzar el bloqueo, luego de la
derrota aplastante del gobierno de Joe Biden en la Asamblea General de ONU
cuando la Resolución presentada por el Canciller cubano, Bruno Rodríguez, ganó
más del 97% de los votos de los países del mundo con 184 a favor, solo dos en
contra, EE.UU e Israel, y tres vergonzosas abstenciones: Brasil, Colombia y
Ucrania donde están precisamente gobiernos totalmente subordinados a EE.UU pero
también tres de los pueblos que guardan muchas simpatías muestran con la
Revolución Cubana. Y ello merece unas líneas. Veamos.
El pueblo brasileño fue castigado
severamente por su presidente Jair Bolsonaro cuando este hizo que las favelas
quedaran desamparadas sin los servicios de la medicina cubana iniciándose la
expansión de la COVID y pandemia por el mundo y ello causó un gran contraste
entre la criminal conducta de ese desgobernante y la postura solidaria de Cuba.
También el pueblo colombiano lleva años agradeciendo a Cuba sus aportes para
lograr la paz en Colombia, sus servicios de asesoría deportiva para hacer
campeones y campeonas mundiales y olímpicas, y siempre recordando la larga
historia de relaciones entre las familias de ambos países. Su presidente Iván
Duque está totalmente desprestigiado y acabado políticamente ante la comunidad
internacional por sus complicidades con EE.UU y sus políticas dirigidas a
descabezar por localidad las agrupaciones y movimientos sociales de sus
líderes, asesinándolos, desapareciéndolos o enterrándolos vivos en fosas
comunes. Por su parte, el pueblo ucraniano guarda muchos sentimientos de afecto
con Cuba por ser la patria caribeña una de las naciones que más ayuda humana y
médica ofreció a las víctimas infantiles y jóvenes de la explosión y
radiaciones de la central nuclear de Chernobil. ¿Es vergonzosa o no la conducta
de esos gobernantes? Pero las oligarquías de esos países creen que aliándose al
imperialismo y apoyando a la contrarrevolución los pueblos olvidarán todo. Nada
de eso, ya esos pueblos –más temprano que tarde- les pasarán la cuenta a sus
oligarcas y los enviarán al patíbulo político.
El gobierno de EE.UU está
entrampado en un callejón sin salida al tratar de derrocar las
revoluciones enfocadas al socialismo cuando eso constituye la tendencia mundial
latente y que por momentos brota con fuerza y se consolida en algunos países.
Cuba no solo ha iniciado una nueva etapa de actualización del socialismo cubano
sino que continúa ayudando a más de medio centenar de otros pueblos con sus
fortalezas en salud, agronomía, deporte, ciencias médicas, nuevas ciencias y
tecnologías, entre otras esferas y especialidades.
A Cuba le causa mucho daño el
gobierno de EE.UU con el criminal bloqueo económico, comercial y financiero que
le aplica desde hace sesenta años, cada vez con más medidas unilaterales,
extraterritoriales e ilegales a la luz del derecho internacional público,
para tratar de incitar en tiempos de pandemia protestas en la Isla, pero en
realidad lo que el gobierno de Biden ha logrado son más condenas y más rechazos
mundiales de los pueblos y más gallardía y heroísmo de parte del pueblo cubano.
Cuba nunca ha estado solo ni lo estará. Hoy el pueblo vuelve a aparecer
masivamente en las calles, sí, para defender su Revolución y frenar a los
mercenarios aun cuando conoce que ellos están provocando que haya más contagios
de la COVID-19.
Y si EEUU trata de agredir militarmente
a Cuba habrá otro Cuito Cuanavale pero ahora será habanero, matancero,
villaclareño o santiaguero. El mundo lo sabe, el Pentágono también, la Casa
Blanca no lo olvida y en el pueblo de la Florida podrían brotar con mayor
fuerza los enojos, las amarguras y las tristezas para convertirse en valor por
lo que le han causado las trece administraciones yanquis con sus obcecadas
políticas contra Cuba y después convertirse ese valor colectivo en el demiurgo
de la nueva revolución americana.
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